Pisotea el dolor con tus zapatos favoritos, maquíllate de sonrisas y perfúmate de los sabores de la vida.
Rodéate de amigos recordando que más vale tener pocos y buen servidos que muchos y que estén ausentes.
Llora cuando tengas que llorar pues ninguna lágrima será en vano.
Ríete de todo hasta de tí mismo de esa forma los demás aprenderán a valorarte.
Sufre solo cuando sea necesario y pelea cuando debas hacerlo pues de sufrimientos y de luchas también se compone la vida y también de ello se aprende.
Acepta siempre un consejo, nunca sabes cuándo te pude ser útil.
Ten a tus amigos cerca, pero más aún a tus enemigos...
Simplemente vive tu propia vida sin tener que vivir de los demás o viviendo una vida que no te corresponda. Vive la vida que tenemos en el ahora no en la que tuvimos, piensa que tu vida será única e irrepetible y que sólo tú puede sacar partido de ella. Recuerda que los muros restan libertad.
No hagas daño a los demás, ¿porqué hacer algo que no te gustaría que te hiciesen a tí?.
Despreocúpate de problemas sin importancia, no pienses por adelantado y vive del "ya" y del "ahora".
Mírate en los ojos de un niño/a, recuerda que y nunca olvides que tu también fuiste uno.
No tienes porqué esperar a que llegue el día de tu boda, o el nacimiento de un hijo/a para poder decir que es el momento más feliz e importante de tu vida, lo será, pero recuerda que cada día es importante.
Y sobre todo, piensa, que aunque el futuro sea incierto:
NUNCA DEJES DE APOSTAR POR TÍ.
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